5 de noviembre de 2010

Te propongo, mi amor, tomar tu mano
y salir a caminar enamorados
por cada esquina y, en cada paso,
robarte un beso, probar tus labios.
Yo estoy dispuesta a amarte, a entregarte mi vida,
a ser tuya por siempre y aliviar tu dolor.
Estoy dispuesta a amarte hasta el fin de mis días.



Se ha marchado para no volver,
el tren de la mañana llega ya sin él,
es sólo un corazón con alma de metal,
en esa niebla gris que envuelve la ciudad.
Su banco está vacío, èl sigue en mí,
le siento respirar, pienso que sigue aquí,
ni la distancia enorme puede dividir
dos corazones y un solo latir.