5 de noviembre de 2010




Se ha marchado para no volver,
el tren de la mañana llega ya sin él,
es sólo un corazón con alma de metal,
en esa niebla gris que envuelve la ciudad.
Su banco está vacío, èl sigue en mí,
le siento respirar, pienso que sigue aquí,
ni la distancia enorme puede dividir
dos corazones y un solo latir.